Mi primer contacto con mis hijos
Cuando ingresé el primer día a la Neo sentí que mis hijos eran mis hijos pero no lo eran del todo.
Los veía a través de la incubadora, solo los podía tocar pasando mis manos por dos orificios que tiene este equipamiento.
En algunas situaciones tenía que dejar de estar con ellos porque los tenían que cambiar de posición, modificar algo o realizarles los controles necesarios.
Esto era por el bien de ellos, y lo entendía, pero como me dolía sentirlos tan lejos…
Esto fué en las primeras horas mientras todo se tenía que ir acomodando: prestarle sumos cuidados a los recién nacidos, tenerlos en observación y asegurarse que todo estuviera bien.
Al tercer día ingresé junto a mi esposo y la enfermera me preguntó:
– Querés tenerlos?
Entre sorprendida maravilllada y emocionada le contesté:
– En serio? Puedo tenerlos?
A los cinco segundos tenía sobre mi pecho, dentro del camisón, a mi hija J y mi hijo T.
Ni bien me los acomodaron les empecé a hablar y T con un esfuerzo enorme giró su cabecita para arriba, abrió los ojos y me miró con una ternura que jamás voy a borrar de mis retinas.
Luego J puso su mano sobre la de su hermano T, ambas sobre mi pecho.
No puedo describir la emoción de ese momento,
tenía a mis hijos conmigo!,
los podía sentir, tocar, acariciar…
sentía que
ellos sentían lo mismo que yo,
necesitaban el contacto con su mamá,
y con su papá también , por supuesto.
De repente miré a mi alrededor y tenía a las enfermeras, a nuestra neonatóloga y un papá de trillizas mirando esa escena emocionados.
Ponerr a los bebes prematuros dentro del camisón de su madre o de la camisa de su padre haciendo contacto piel a piel se denomina método canguro.
Esto le hace muy bien, ellos necesitan sentir el contacto con sus padres, escuchar su voz, sentir sus caricias, saber que no están solos en una fría incubadora…
A partir de ese día, tanto mi marido como yo, teníamos a nuestros hijos con nosotros,
y, nos ibamos rotando para tener contacto con cada uno de ellos todos los días.
La maternidad es un aprendizaje continuo…
Karin me emocionaste a las lagrimas al leer el momento en que levantaron en brazos y apoyaron a los chiquitos sobre el pecho.Que inmenso amor de padres ,Dios los bendijo,presintio todo lo que lo deseaban y lo que eran capaces de brindarles.Mi cariño de siempre para vos y para Ari.Besitos para laflia.Jaci
Muy cierto. Lo mejor de neo: el cuidado para tus hijos. Lo peor de neo: irte y dejarlos… Pero es verdad, todo pasa… Y mejora!!!